23 abr 2020

Versión amarilla del Crescent Motif Shawl

En teoría, optimista que es una, el confinamiento me iba a servir para avanzar mucho con el estudio de las oposiciones, pero qué va: estos días estoy tejiendo todo lo que no he hecho desde que decidí volver a poner la neurona a trabajar. Buscando alguna madeja que le fuera bien a la manta que estaba haciendo para mi sobrina (ya la enseñaré cuando le cosa el aplique que le falta para acabarla) encontré siete madejas ¡amarillas! que, como se puede ver en la foto aunque no se lea el Yuan Sheng escrito en el escudo dorado de la derecha, indudablemente habían salido de un chino, aunque ni siquiera recordaba haberlas comprado.



No tenía yo muy claro qué hacer con ese material en concreto y fue mi madre quien vino en mi rescate: me pidió que tejiera algo para una amiga suya, aunque ambas son buenas tejedoras y de hecho fue mi madre quien me enseñó a hacer crochet; daba igual el color porque esta señora se lo pone todo sin discriminar; y con el único requisito de que fuera alargado, ya que suele usar pañuelos largos en lugar de chales triangulares. Adjudicado el amarillo a esta mujer sin complejos, hacía falta buscar un patrón que no fuera rectangular (me muero de pena con las vueltas tan largas), sino que se tejiera de un extremo a otro y no fuera el Dawn in the woods, que es precioso pero que ya he tejido cuatro veces. Cotilleando por Ravelry di con el CAL del mes de abril de Creation Crochet. Es posible que el enlace anterior no os sirva si leéis este post en otras fechas, ya que generalmente es un patrón de pago que puede comprarse aquí. Tenía el patrón, que por fortuna trae diagrama porque no entendía demasiado bien las instrucciones escritas, tenía el acrílico y tenía una aguja del 5, así que todo era cuestión de empezar:



Como decía, no terminaba de captar el sentido a las instrucciones escritas y por tanto agradecí muchísimo que se incluyese un diagrama, pero también me costó un poco hacerme con él. No obstante, una vez que comprendí cómo se construían los motivos, el chal creció considerablemente en muy poco tiempo. Es una delicia ver cómo avanza tantísimo el trabajo, hasta tal punto que en dos tardes ya estaba hecho. Cierto es que ya he trabajado otras veces con este tipo de acrílico y sé que funciona bien para vestidos y camisetas, pero no para chales porque no se bloquea nada en absoluto, pero veía los piquitos un poco arrugados y probé suerte:



El intento de bloqueo ha sido en vano, pero aun así estoy muy contenta con el resultado:




La cuestión es que no sé cuándo veré a mi madre para darle el regalo para su amiga y que el chal completo sólo ha consumido dos madejas, así que a ver qué podía hacer con las cinco restantes... Y eso es otra historia que será contada en otra ocasión.

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